jueves, 21 de enero de 2010

EL “TAKANAKUY” DEL 2009, LA NAVIDAD

Nadie imaginó que la Navidad del 2009 en Santo Tomas fuera la más sombría de los últimos 20 años. La madrugada del 24 de diciembre pasado, un autobús de la empresa “Guapo Lindo”, sufrió un aparatoso incidente causando la muerte de decenas de pasajeros. En Santo Tomás todos los habitantes y turistas creyeron que se trataba de un suceso leve y continuaron con las celebraciones de la Navidad.
En el pueblo de Santo Tomas, capital de la provincia de Chumbivilcas la alegría se respiraba en el ambiente y los preparativos se daban con normalidad. Todos, grandes y pequeños, esperaban con entusiasmo y expectación, participar de las celebraciones religiosas del nacimiento del Niño Jesús. Todas las festividades se llevaban a cabo según estaba programado, hasta que trascendió la noticia de que en aquel accidente no habían muerto ni uno, ni cinco, sino más de 40 personas. Los rumores se extendieron con rapidez, al principio casi todos hablaban de la muerte de 2 pasajeros, pero la mañana del 25 se confirmo el deceso de muchos pasajeros.
La gente se apresuro a acudir al hospital, peleando de hacerse de una fotocopia de la relación de pasajeros del autobús “Guapo lindo”, rezando porque ninguno de sus conocidos estuviera en ella. La gente circulaba ansiosa, la tristeza y preocupación se reflejaba en los rostros, que ya no tenían el entusiasmo que los caracterizaba en años pasados. La desesperación y tristeza se apodero de aquellos que se enteraron que entre los muertos estaba alguien que conocían. Empezaron a circular rumores que las festividades de la Navidad incluida el “takanakuy” serian suspendidos
La población quería saber las causas del suceso, pero las autoridades se limitaron a repetir lo que todos ya sabían, no querían dar detalles. No había una versión oficial, “casi todos habían muerto y los heridos morían a causa de sus heridas”. Se hablaba de 15 muertos cuya identidad era desconocida, posiblemente eran pasajeros sin asientos que viajaban de pie en el pasillo porque les urgía llegar a Santo Tomas a como diera lugar.
La mañana del “buñuelos ch’aquy”, las radio emisoras locales emitieron un decreto municipal de urgencia declarando dos días de duelo por el lamentable suceso que había sufrido la comunidad chumbivilcana. Los “cargontas” apenas cumplieron con repartir a los danzantes los deliciosos buñuelos. Por la radio emisora se pudo escuchar mensajes como los que siguen: “Hijo cuida de los animales, es una desgracia para la familia, uno de tus hermanos esta herido en el hospital y el otro está en la morgue. Por favor mándame frazadas para proceder con el entierro, no hay caja en que enterrarlo, no te preocupes por mí, cuida de los animales”. “Francisco, esto debe ser castigo de Dios, degüella un par de carneros y vende la carne, con eso tendremos algo de dinero. La empresa ha cerrado sus puertas no tiene SOAT y no asumirá ningún gasto”.
En Santo Tomas las autoridades civiles, eclesiásticas, policiales y militares siempre quisieron que las celebraciones de la Navidad desaparezcan, no desean que el nacimiento del Niño Jesús sea acompañado por el “takanakuy”, que forma parte de las costumbres del pueblo, el mismo que consiste en una pelea ritual de golpes con los puños y patadas en el que se cobran venganzas acumuladas a través del año entre vecinos, parientes e incluso hermanos. De esa manera los habitantes de Santo Tomás solucionan sus conflictos sin la intervención de la ley.
Se esparcieron comentarios de que la fiesta va a desaparecer los próximos años porque no se produciría la transferencia formal que se da a otro “cargonta” en el rito del “niño chuwiy”. Estos días de duelo declarados por la municipalidad, hizo que la gente se preocupe mucho de la desgracia que les toco vivir. No sería factible que mientras unos estén alegres otros estén llorando la desgracia, en vista que se trata de más de 40 fallecidos.
Finalmente se rumoreaba en torno a los 15 muertos que no fueron identificados habrían "bolsiqueado", porque la ambición de los hombres es imparable e irracional. Lo que hacen es meter las manos en los bolsillos de fallecidos y heridos para robarles todo su dinero. Este tipo de actos hace toda la gente incluido las autoridades civiles, policiales y judiciales y no dejan de cometer estos latrocinios tampoco los heridos que están todavía en condiciones de mantenerse erguidos. Mientras los deudos se reunían en llanto y desesperación por la desgracia que había ocurrido.
Posteriormente se hablo de fallas mecánicas, el exceso de pasajeros y la prisa que éstos tenían por llegar a Santo Tomás. Además lo anterior está asociado a las pésimas condiciones que presentan las carreteras interprovinciales y añadidas a todo esto la época de lluvias que era excesiva. El chofer se halla no habido, que por tener más ingresos también estaría agotado. Los dueños de la empresa desaparecieron y los pobres lloran su desventura. Si las carreteras presentaran otro aspecto no tendrían por que lamentar nada, el Estado a través del gobierno regional está llamado a mejorarlas.