lunes, 8 de marzo de 2010

OLIKASDIDA LUMEN DACA: EL CASO DE UN COLEGIO RELIGIOSO

PRIMARIA EN OLIKASDIDA

Me discriminaban por mi apellido “Thupa”. Otros se dirigían a mí con cariño cuando necesitaban un favor, diciéndome: “Thupita”, creo que significaba “raspadilla”. Luego de muchos años de indagar descubrí que thupa provenía de tupac que significa “realeza”, quizá tenía que ver con la nobleza inca. Me ponían sobrenombres de todo tipo que ellos veían por conveniente. Algunos profesores me miraban con cierto desprecio y segregaban porque vivía en una comunidad campesina, Haquira. Mi rostro trigueño de cabellos negros y lacios, delataba mi identidad étnica cobriza y trigueña. Creo que algunos profesores también me querían porque en matemática obtenía regulares notas, sé que los alumnos de la ciudad tenían problemas de aprendizaje en esta materia.

A veces me fastidiaban diciéndome “borracho”, debido que una vez fui con el buzo volteado. En otras ocasiones los más atrevidos también me llamaban, “Perry”, “Huevadita”, por lo pequeño que era, yo los miraba nomás pensando siempre en mi tamaño. Realmente era muy chiquillo; pero competía en conocimientos con todos aquellos que creían que lo sabían casi todo. El profesor Lerner solía decir a mi madre: “Déjame ver…, me estás hablando del más pequeñito, el chiquitito, pobrecito todos le fastidian. Está bien, no le digan nada, ayúdenle nomás…”. Inspiraba compasión y cariño porque también soy bien parecido.

Definitivamente creo que a la mayoría de profesores les caía en simpatía. Casi todos mis compañeros tenían reprobado tres cursos y recuperarían en las vacaciones de enero del 2000. Recuerdo que en mi aula reprobaron más de 7 alumnos, no saben. Yo fui desaprobado en dos asignaturas: matemática y química a pesar que les dedicaba más horas que a las otras materias, me descuidé. También estoy en periodo de recuperación; no pude, a pesar que rezaba en el altar del templo del colegio.
La situación de estos alumnos se fue agravando más y más, porque el mayor les llevaba a los restos del centro ceremonial de Sacsayhuaman a beber licor. Algunos de ellos hurtaban dinero a sus padres y con los cuales compraban alcohol metílico e iban a aquel lugar silencioso a partir de las dos de la tarde. A sus padres les engañaban diciendo que tenían tareas que hacer en grupo para las supuestas exposiciones del día siguiente. Ahí pudimos ver también que había chicas que estaban concluyendo la secundaria, terminaban la tarde del todo ebrias y retornaban a sus casas llorando o discutiendo entre ellas, hablando palabrotas.

SOBRENOMBRES DE COMPAÑEROS Y PROFESORES

En todo el trayecto de mi vida escolar los apodos siempre estuvieron presentes, cuando cursaba el quinto grado de primaria. A mi compañero Tornaya le llamaban “Cabro”; debido que comía mucho pollo y le gustaba solo carne de ave. Contaban que cuando veía un montón de huevos en un recipiente le daba ganas de acariciarlas. Se comportaba como un marica, se ponía guantes de lana y se ponía cremas en las manos, la cara y hablaba como mujer. A otro que se apellidaba Dantés le decían “cabezón”, porque era macrocéfalo. Los compañeros comentaban que su cabeza parecía al de un elefante, cuyo espesor del cráneo era demasiado; pero dentro de él contenía un cerebro del tamaño de una mosca.

A Medrano le conocíamos de “Marrano” por el apellido que sonaba casi igual como su apodo. Cierta vez cuando estábamos en primer grado jugando fulbito, metía gol al arco de su equipo. Era un sonsonazo, creo que cuando nació se cayó del catre; pero de cabeza. Sabía algo de fútbol; pero no se trataba, como él creía, de meter gol a cualquier arco, sino al equipo contrario. Siempre hablaba con la voz ronca, le gustaba recitar poesías y participar en el coro del canto Mariano o Navideño, por mucho cantar malogró su voz.

Las hermanas que regentaban el colegio eran muy sectarias y dogmáticas de la orden de Lumen Daca. Cierto día yo y mis compañeros compramos un álbum de historia del Perú y del mundo que salió publicada junto a un periódico. Había muchos datos históricos, religiosos totalmente ilustrados. Las hermanas, si así se les puede llamar, no deseaban que supiésemos algo más de otras religiones, tampoco querían hablar nada de la historia del Perú ni de la conquista española, obviamente porque es una institución educativa religiosa de aquél país. En la parte central del álbum había referencias a las religiones musulmanas, hindúes y japonesas. La hermana, requisó todos los álbumes y tomando la página central, las arrancó uno por uno, para luego devolver a los alumnos álbumes ya mutilados.

A mi profesora Zoraida le teníamos miedo, porque era de mal carácter. Cada vez que nosotros gritábamos o jugábamos en horas de clase, se ponía roja de cólera y nos insultaba a todos. Varias veces balbuceó palabras vulgares que una dama jamás debería pronunciarlas y mucho menos una profesora de primaria. Estaba acostumbrada a callarnos con un grito y nosotros nos asustábamos y permanecíamos silenciosos temblando de miedo. Una mañana, el más pequeñito se meo en los pantalones, porque no podía siquiera pedir permiso, debido a la desconfianza y terror que tenía a la profesora.

La misma profesora Zoraida se puso la suya: “La sargento”. Tenía una formación muy antigua y cuanto más se parecía a un militar, creía que ella tenía la razón en todo. Cometía alguna falta e inmediatamente iba a rezar a la capilla. Igualmente cuando hablaba una grosería, también acudía a pedir perdón por lo pésimo de su actuación. Odiaba a los que eran de procedencia campesina, no estaba de acuerdo que los alumnos permanezcan en su aula, posiblemente por lo humilde de su condición social y porque se soltaban gases estomacales en los momentos más inoportunos; pero tampoco la profesora dijo cual era la razón de sus odios. Evoco a mi compañero Tamache que le decíamos con cariño “Apache”, también lo despreciaba. Una mañana, “Apache” preguntó a la profesora: “¿Profesora nos va a revisar la tarea…?”. Ella contesto en forma imperativa y tajante: “Espera carajo, ¿no ves que estoy trabajando?”.

Mis padres casi nunca iban a preguntar sobre mi aprendizaje. No ponían las cuotas que pedían. En realidad, creo que no les interesaba mi educación. Otros padres que tenían solo uno o dos hijos, iban inter diario al centro educativo. Sus mismos padres organizaban a otros para agasajar a algunos profesores por sus cumpleaños y el único propósito que tenían, fue que su hijo ocupe los primeros lugares. Eran simples zalameros, aunque sus hijos no supiesen las lecciones. En los cumpleaños de la profesora obsequiaban tortas, regalaban relojes de pulsera, reloj de pared, también llevaban chocolatillos, guantes de lana o chalinas tejidas para el frío. En realidad, eran unos chismosos y arrastrados; pero mis padres nada. Ellos se conformaban con decir: “Hijo, lo importante es que estas aprendiendo algo… aunque no ocupes los primeros puestos”.

EDUCACIÓN SECUNDARIA

En la secundaria, mis profesores también tenían sus apodos, lo que más recuerdo es del profesor Lerner que le dicen “Robot morfi”, porque caminaba como robot, estaba tan viejo que parecía que sus coyunturas ya no tenían lubricante. Los alumnos que somos muy imaginativos creemos que el metal del que está compuesto, se empieza a gastar y oxidarse, justamente por falta de aceite: “Es un robot viejo pronto a convertirse en chatarra” – decíamos.

Al profesor Carlos Porter le apodaban de “Saydoc”, que representa a un personaje de la serie de dibujos animados Pokemón. Enseña el curso de Física, tenía la cara de bobo y el personaje de la película efectivamente es un entupido. Pero el profesor Carlos en la vida real, de aparente estupidez, era el más inteligente. A la profesora Eva de historia solían decirle “Momia”, porque enseñaba historia. Era veterana, en realidad parecía despojos, cuando no se maquillaba la cara, incluso sus cabellos no tenían vida, se parecían a los de una difunta en vida. Se enteró de su apodo, y creo que lloró una semana, se quejó a la dirección y a todos nos hizo llamar la atención. Por aquel hecho contraproducente, la directora y todo el personal docente, acordaron no hablar nunca más de los apodos ni de los mismos alumnos; caso contrario, si alguien era sorprendido repitiendo apodos, sería expulsado del colegio.

A veces la directora venía sorpresivamente y lo primero que hacía el profesor de electrónica, era ocultar su comida consistente de ajiaco de tarwi. Los alumnos nos burlábamos de él, mintiendo le advertíamos que venía la directora, que la conocían como la “Pequeña lulú” – según supimos posteriormente, seguía siendo hija de familia, vivía en la casa de su padre que todavía estaba con vida – El profesor se ponía a trabajar, o cogía cualquier cosa para hacer ver que estaba ocupado en su labor de docente. De igual forma los alumnos, para disimular, tomábamos desarmadores, alicates, cables, hierro, etc.

Mención aparte merece la directora, que en realidad era bajita de estatura. Parecía de talla mediana solo por usar zapatos de taco. Además tenía la cara maquillada hasta el extremo y cuando se la quitaba parecía un esperpento que había retornado de ultratumba, nos daba miedo. Supimos que carecía de marido e hijos y todavía ella aparecía ante todos nosotros y los padres de familia, como la experta en educación de los hijos. Qué sería si tuviera siquiera un par, más probable que hubiera dejado de existir con los problemas que suelen tener las madres de familia con sus hijos que no quieren estudiar, tampoco obedecer, solo quieren ir a jugar en las cabinas de Internet. Luego de haber estudiado sobre la histeria de aquellas profesoras, supe que se debía a problemas de frustración de no tener marido y llevar una vida sexual sana y normal.

Lo bueno de este colegio, era la formación que daban en lo que respecta a la moral, aunque los que lo propugnaban eran todo lo contrario en la práctica. Como dije más arriba, les gustaba el dinero como azúcar, dijeron que este colegio técnico era para los barrios urbano marginales de Villa César, Américas, Chocco, Mayrasco, Ccachona y Haquira; sin embargo, poco a poco se ha ido elitizando. Las familias económicamente más poderosas de la ciudad del Cocus, pugnan que sus hijos ingresen a dicho colegio, y nosotros que éramos auténticos hijos de la comunidad de Haquira, fuimos desplazados inevitablemente y quienes podían pagar sus pensiones educativas podrían seguir permaneciendo en el colegio, los pobres ni pensar.

DIFERENCIAS Y EXPULSION

Cierta mañana fui con mis padres a la iglesia de la Merced y ahí pedí a la imagen del Padre Urraca rogando: “A todos aquellos profesores, hermanos y hermanas, que fueron injustos conmigo, Dios mío castígalos y también te pido Venerable Padre Pedro Urraca de la Santísima Trinidad intercede por mí, quiero ver resultados de este castigo... y permite que ingrese a un buen colegio…”. Por el hecho que me comportase mal, no era óbice que me castiguen con la expulsión, cuando había otros alumnos que se comportaban peor que yo y permanecen injustamente en el colegio.

Otros que tienen un aprendizaje pésimo también continuarán estudiando. Por otra parte, fue mejor la decisión que tomaron, porque estos hermanos pretendían domesticar mi mente, no deseaban por ningún motivo que tenga capacidad de reflexión, ni el más mínimo análisis de los hechos que iba ocurriendo en el Perú y el mundo. Deseaban que fuésemos como las “ovejas” sin sentido crítico y que a todo digamos “amén”.

Según ellos, la hermanita y todos sus camaradas llamados profesoras decían sobre mí: “No toma interés en el curso de religión, se burla en clases. En lugar de prestar atención, está dibujando contenidos de otra materia...”. Creo que en esto tuvieron razón porque para esto mi padre tuvo la culpa, hablaba estupideces contra los sacerdotes católicos de aquella institución e igualmente de todos aquellos hermanos cristianos protestantes; cuando estaba borracho, decía que era ateo. Al final, mi padre aclaró que no estaba en contra de Dios ni de Jesús, menos de los Santos y Vírgenes, sino de los sinvergüenzas y cínicos que administraban la iglesia católica. A los hermanos de olikasdida lumen daca, les gustaba el dinero peor que a cualquier mercader, que lo único que deseaba era incrementar sus arcas.

Los profesores delegaron a los alumnos para que me controlen y todo cuanto haga sería anotado. De ese modo cuando volteaba a un lado me anotaban, tosía igualmente era señalado. Cuando hablaba algo fuera de lo normal también me apuntaban. Era una cruzada contra mí, porque de por medio estaba el interés de crear una plaza para otros alumnos y cuyos padres tenían dinero y dispuestos para proporcionar una coima. La dirección y los administrativos de aquel colegio ante la sociedad se ganaron una imagen pésima. Los profesores y hermanas olvidaron que hace cinco años atrás mendigaban yendo de casa en casa por Villa César, Américas, Mana wañunqa y aledaños, que sus hijos estudien en el colegio religioso; y hoy en día sobrados, se hacen rogar para matricular.

Como dije, era el más pequeño, no me desarrollé rápidamente como debería ser, tuve dificultades en la disciplina de educación física. Mi padre jamás me insinuó que juegue con pelota de fútbol y no podía correr siquiera, tal vez mi proceso de desarrollo se truncó a falta de ejercicios, el profesor de química me apodaba de “Chato”. No era robusto como mi hermano menor, al contrario era delgado y mi cabeza también pequeña; pero “potente”. Digo esto porque una mañana vino mi madre al colegio y me encontró con grandazos que trataban de ganarme en ajedrez, en realidad yo les vencía, de los cuales la autora de mis días se alegro mucho.

Tenía un compañero de estudios apellidado Febres, su nombre Marco Antonio los compañeros concluían que estaba “loco”, debido que peleaba con todos y al final cogía piedras y les tiraba caiga donde caiga y a quien fuese. Se amargaba tanto que nos miraba con los ojos dilatados cual si fuese un can y con ganas de mordernos en las orejas, las manos y en la cara. Parecía un perro rabioso, era un poco mayor que yo; pero también más alto. El solía decirme “hijo”. Me cogían entre todos y me hacían “apanado”, aplastándome en el suelo hasta que yo le diga “papá” a Febres. No podía respirar por el peso de todos ellos encima de mí y yo llorando de desesperación.

Tenía que decir con voz entrecortada “pa…, pa…, ya dejen carajooo…” y el mismo ordenaba que se retiren. Exigían que les diga en voz alta y apenas podía gritar con todas mis fuerzas “papááá…”, mientras mis lágrimas brotaban de mis ojos. Era un loco hablaba estupideces, no terminó bien en el colegio. Una tarde le di codazos en las entrepiernas, donde calculaba que estaban sus testículos y él me dijo: “Hijo ya me jodiste, no tendrás más hermanitos”. Otra mañana en horas de recreo el “Mono” pateó la pelota con todas sus fuerzas y me dio en mis entrepiernas, me privó por un minuto y el “Loco” Febres corrió a decirme: “Hijo que te ha pasado, esta vez te jodieron, ya no seré abuelito”.

Escogía a las chicas más bonitas y me exigía que a ellas les diga “Mamá”. La chica al sentirse aludida se sonrojaba, creo que deseaba saber nuestros nombres y dar parte a la dirección. Cuando ellas estaban en grupo también nos llamaban como si fuésemos sus enamorados, igualmente nosotros en grupo éramos muy atrevidos; pero cuando estábamos solos no sabíamos dónde poner la cara.

A otro que le conocíamos por el nombre de José Quinteros todos le decíamos “Pepe”, era un tontito. No hacía nada, en los exámenes obtenía ceros. Se burlaban a pesar que era alto, se dejaba pegar con todos, incluso conmigo. Cualquier ocurrencia en clase le culpaban y él no decía nada. Terminaba la prueba y todos gritaban: “Todos al pepe” y le hacían “apanado”. Cogían cualquier calculadora y hacían operaciones matemáticas, como el que sigue: “10,000 estúpidos, mas 5,670 tarados, mas 7 imbéciles; segunda función hex”. Salía un producto: “3d3d”, que luego de poner la calculadora de cabeza se lee “Pepe”. Al tonto Quinteros le hacían ver la máquina y bajaban su autoestima, no sabía qué hacer, no soportaba más y tuvo que “tirar la toalla”. No sabemos a qué colegio lo trasladaron sus padres.

A Wilber Berreras le llamaban “Perro”, debido que no pronunciaba bien la “r”, solía decir “errre”. Cuando se molestaba nos decía: “Oye mierrrda carrrajo no me molestes oye perrrro”. En respuesta, los compañeros siempre estaban fastidiándole: “Que te pasa oye Berrreras, el perrro errres tú”. En la salida junto al mercado encontrábamos cruzar un perro y llamaban: “Berrrerrras, Berrreras”. El perro nos miraba con la cabeza inclinada y se acercaba moviendo la cola. Al ver este hecho todos se reían: “¿Se dan cuenta que es su hermano? No, creo que es su padre, miren los ojos del perro, compáralas con los de Berreras, son igualitos. No, más bien y definitivamente es él en persona…”. Cierto día el profesor dijo que traiga 10 palabras con “ere”, buscadas en el diccionario. Cumplió con la tarea; pero el profesor le hizo repetir: “Perrrerrra, rrrabon, rrrabito, rrrarrro, rrraton, rrraigambrrre”. Al oír esto los alumnos incluido el profesor se rieron como nunca.

REALIDADES E HISTORIA DEL PERU

Según una madre de familia que también tuvo sus hijos en este colegio, concluyó: “Mis hijos han salido renegados, frustrados y no esperaba que iba a ser así, creo que he cometido un gran error. Han terminado la secundaria; pero son callados, tímidos y no se relacionan fácilmente con la gente. Las hijas al concluir sus estudios secundarios desean ser monjas”. Corroborando cuanto dijo aquella señora, ciertamente en el colegio no enseñan historia del Perú, sino solo historia universal, no se estudia la literatura peruana, sino solo a los literatos españoles; considero que está bien; pero cuando postulen a cualquier universidad peruana, no ingresarán, porque habrá también preguntas de estos temas; pero de la realidad peruana.

Antes de olvidar es necesario recordar el caso de mi ex compañero Alberto Max, que cada bimestre obtenía el primer puesto en todas las asignaturas. Sus padres le exigían demasiado, no le dejaban ni dormir y como producto de excesiva presión estaba del todo flaco y al borde de la locura, creo que dejó de estudiar por recomendación de un médico y sus padres decepcionados de un hijo que prometía mucho; en realidad lo adelantaron los profesores y sus padres y el hijo, probablemente no se alimentaba como debiera ser, yo le veía comer papas fritas, galletas, mermeladas llenos de preservantes químicos. Más tarde supe que había ingresado a una universidad particular.

Los de olikasdida lumen daca, fabricaban sus “libros” que vendían a los padres de familia. En la historia de la educación del Perú jamás se hizo esto, con el único objeto de lucrar a costa de los padres de familia. Los mencionados “libros” presentaban espacios vacíos – fichas según ellos, la mejor metodología – En realidad, eran fichas mal copiadas de los textos, hechos por los estudiantes del Instituto tecnológico y escrito por sus brillantes y sacrificados profesores. Los escritos estaban con slogans de religión o mensajes bíblicos, cuando deberían solo estar contempladas en textos de la especialidad de religión; sin embargo, hasta en las fichas de matemática, física y química estaban aquellos lemas religiosos. Las fichas del idioma extranjero eran copia de textos de inglés de la década de los 70 del siglo pasado y cuyo autor es Faye L. Bumpass, de esta manera la enseñanza, tenía deficiencias que solo repercutirían en los alumnos.

La ley de educación dice expresamente: “Los padres están en el deber de tener un espacio de representación ante las instituciones educativas como un mecanismo de fortalecimiento de la democracia”. Abierto cuestionamiento a la autocracia y el autoritarismo que vienen practicando en la institución educativa donde he estudiado, no permiten que los padres estén organizados, no tienen voz ni voto. Solo tratan de controlarlos mediante los círculos bíblicos y las asistencias obligatorias a las celebraciones de las misas, espacios sociales donde pueden domesticarlos mejor, “convertirlos como si fuesen en humildes ovejas”. Como producto de todo esto, tener seres que acepten todo a pie juntillas, sin capacidad de pensar ni contestar, algo contrario a sus intereses.

Como constatamos son los transgresores de la ley no acatan nada, se amparan en el hecho que son colegio privado. La metodología que utilizan es tradicional no toman en cuenta para nada la teoría del constructivismo, sino solo el método cognoscitivo. Por esa razón son autoritarios, para ellos la disciplina es importante y creen que así lograrán sus objetivos. Los padres de familia acuden presurosos y hacen cualquier cosa para que sus hijos ingresen a las universidades y en caso que no lo logren, a los institutos.
La gente está midiendo por resultados, cuanta práctica hicieron sus hijos en matemática y lenguaje. Los de Olikasdida lumen daca no desean que sus alumnos ingresen a la universidad, se aprovechan de la coyuntura para decir a los cuatro vientos: “¿Ven que muchos alumnos ingresaron a la universidad y que no consiguieron trabajo? Aquellos que no lo lograron pueden estudiar en el instituto tecnológico”. Es cierto, debido que tampoco en la universidad estudian bien, no obtienen buenas notas, los alumnos no se esmeran. Para profesionales de cualquier carrera y bien preparados hay trabajo, para los mediocres nada.

MECANICO DE AUTOMOVILES

A medida que fui desarrollando, fui aprendiz de conducir un auto de mi padre. Un infeliz que decía ser economista que aun era de Santa Rosa, Fernando Mendoza la noche del 31 de diciembre del 2000 me chocó en la avenida de la cultura en estado de ebriedad, producto del cual mis relaciones con mi padre fueron más insoportables, no había confianza. Desde aquel desafortunado suceso ha pasado 5 años, cuando recién otra vez hay cierta comunicación y franqueza en el trato conmigo.

Tuve la decisión de llevar a los talleres de la institución para que lo planchen, le cambien de parabrisas y hagan un nuevo pintado. El trabajo tendría que estar a cargo de un técnico en mecánica que se llamaba Marco Zanabria, que ya no trabaja ahí, sino tiene su taller. Este majadero era un mentiroso, codicioso, ladrón de auto partes y todo lo malo que el planeta tierra ha producido. Posteriormente me enteré que había sido cuñado de uno de los sobrinos de mi padre, hijastro de Enrico Novoa, comerciante en carne y pieles de res.

Nos cobró 2,600 nuevos soles, el auto nos lo entregó después de seis meses y no dio ningún recibo, no paga impuestos, un evasor empedernido. Estos mal nacidos del taller de automotriz que funciona en avenida Arturo Lorenz, a cuanta gente habrán timado. Los hermanos que se arremolinan alrededor de ella, hablan casi el mismo idioma, como el profesor Artilugio. Gente que se parapeta alrededor de la religión, hablan que ellos no matan ni una mosca; sin embargo, son los mismos diablos en persona. Lo único que desean en la vida es enriquecerse como dé lugar y todavía expresan con desparpajo: “Todo es gracias a Dios”. En las celebraciones de la Navidad de cada año repiten oraciones, organizan cánticos en el que participan masivamente los profesores y los alumnos, con el deseo de mostrar ante la sociedad que piensan, sienten y actúan casi a la perfección, que tal contrasentido.

EDUCACIÓN SUPERIOR

Ya en la universidad, todo cuanto me impactó en el primer semestre fueron las enseñanzas del pato Gonzaga que era un filósofo materialista. Tuve la ocasión de conocerlo. Los de Olikasdida lo odian porque aparentemente era el único en el Cocus que impartía enseñanzas contrarias a la posición religiosa. Enhorabuena que hay este tipo de filósofos. Lo que nunca me habían dicho mis profesores en la secundaria, lo escuché en la universidad y es bueno que haya esta posición porque nos da otras vías de hacer funcionar la sesera, no quedarnos con lo que siempre nos proporcionaron los profesores de religión en secundaria. Mi padre un anticlerical convicto, discutía con mi madre, recuerdo algo como esto: “Que tal lisura carajo pagarles dinero y más dinero a aquellos malditos y todavía todo porque malogran la formación de mis hijos, ‘convertirlos, domesticarlos y tengan un carácter como si fuesen carneros’ cuando hay tantos colegios estatales…”

Si bien es cierto que el pato Gonzaga me sorprendió con sus conocimientos filosóficos es porque nosotros tampoco tenemos la mínima iniciativa de leer y estudiar por nuestra cuenta. Siempre estamos esperando que un profesor nos diga algo o nos informe de un tema determinado. Si bien esto es legitimo, los estudiantes del nivel superior también debemos informarnos por nuestra cuenta y no esperar que el maestro nos proporcione todo, como un granjero proporciona pienso al ganado que permanece estabulado.

Simpatizo con sus ideas filosóficas del profesor pero también el otro componente de los hombres es el espíritu. La creencia en Dios, es un asunto personal de cada uno. Si hay seres humanos que no creen en un ser superior es asunto de ellos; pero en lo que mí respecta, necesito creer en algo, para tener tranquilidad en mi espíritu. Los temas religiosos no son asuntos tan fáciles de esclarecer, hay que estudiar mucho y profundizar en determinados temas como la teología y de esta manera los hombres podemos tener una formación integral. Pero es absurdo hacer ciencia de la religión poniéndole un nombrecito “teología” y de modo similar convertir a la ciencia en religión, ambas son posiciones contrarias, ninguno tiene nada que ver con lo otro.

Lo otro será ser tipos dogmatizados en alguna religión, como los hermanos de Olikasdida lumen daca, que concluyen que todo depende de un ser supremo y nosotros los hombres hemos aparecido en la faz de la tierra para hacer nada, sino solo adecuarnos al destino que Dios nos ha trazado. En este instante evoco cuando fuimos de viaje de excursión a Arequipa y la profesora que era muy fatalista, fanática y dogmática, en todo el trayecto junto al chofer fue rezando para evitar que el bus no sufra ningún accidente.

APRENDIZAJE DE IDIOMA EXTRAJERO

Todos quisieran que sus hijos sean lo mejor educados e instruidos. Cuando oyen decir que en este colegio enseñan inglés desde la inicial. Los padres se emocionan y creo que se imaginan a sus hijos, hablando inglés o yéndose al extranjero para ganar mucho dinero en dólares y no estar dando vueltas en el Perú. Un país de miseria y que promete nada a las generaciones posteriores, jóvenes que prometen un futuro feliz y un país próspero.

Cuestiono y reitero la actitud de los profesores muy autoritarios y déspotas, “se creen la última coca cola del desierto o la última chupadita de mango”, como decían mis compañeros. Los colegios religiosos eran más ratas que cualquier colegio estatal. Claro ahí se enseñaba bien, en los nacionales la enseñanza es pésima. Era toda una cruzada para liquidar los centros educativos estatales inspirados en el neoliberalismo y el capitalismo salvaje y la gente se vaya para el otro lado y se instruyan pagando. Si Dios quisiera castigar empezaría por mandar al infierno a los hermanos de Olikasdida lumen daca y como dice el Sacerdote a arder en el fuego eterno, por todas las maldades que hicieron a los pobres padres y a sus hijos.

Me decepcione tanto de este colegio y de todos los sacerdotes, monjas y hermanos que eran más pecadores que cualquiera. Mi madre misma no quiso que vaya a estudiar en el seminario en un país de África. Me expulsaron fuera de la congregación con un colchón viejo. Tuve que trasladarme a la casa de un amigo y sufrí mucho por esos días no supe a donde ir.

Cuando llevaba una vida normal entre estos religiosos sabía que partes tenia la celebración de una misa, que debía hacer el monaguillo. Del mismo modo conocía el contenido de la Santa Biblia, estaba convencido que yo debía ser un sacerdote, pero luego de ser expulsado, me decepciones tanto que deje de ser religioso, no creí ni en Dios ni en Jesucristo, me di cuenta que todo esto no era mas que engaño que la religión sirve para engatusar a los neófitos.

Yo conozco a los curas que tienen hijos en mujeres que a causa de su pobreza acuden a la iglesia. A algunos de estos hijos los ha abandonado y a otros los han reconocido e inclusive los mantienen y educan en colegios que ellos mismos regentan. Jamás dicen que son sus hijos sino “mi sobrino”, tampoco dirán mi mujer sino “mi prima”, una prima con quien tiene hijos e hijas.

Son gente que se comporta como cualquier ser humano, son libidinosos no saben que hacer con su sexualidad y vencidos por sus bajas pasiones violan a mujeres a quienes las condicionan y someten. Creo que no debería profesar la religión católica fingen ser ascetas religiosos, cuando en realidad tienen un comportamiento amoral y digno de ser cuestionada en todo momento. No comprometerse de aparecer ante la sociedad que son ascetas, sino que son seres humanos como cualquier pecador. Mejor fuese que se hagan ahorcar como perros por los pecados cometidos.

Son los primeros en codiciar los bienes ajenos, venden tierras para que se construyan hoteles de lujo. Carecen de escrúpulos si se trata de enajenar bienes inmuebles y con todo eso viven bien, hablan de pobreza y en realidad viven en la opulencia. Dicen que aman a los pobres cuando en realidad los desprecian. Dicen carecer de bienes cuando ellos son empresarios de turismo, regentan colegios religiosos donde exaccionan a los padres de familia una lacra que debería desaparecer.

Algunos de estos religiosos también regentan ONGs, donde repiten hasta el cansancio que sus acciones son básicamente de solidaridad. A los profesionales que trabajan en estas instituciones les instan que no deban ganar mucho, que no escojan el camino de la codicia y sin embargo todos ellos, el cura y el administrador roban cínicamente el salario de sus trabajadores.

Hacen firmar recibos por honorarios por el monto de 2,500 soles y en realidad les pagan solo 900 soles y el resto se lo embolsican los funcionarios de estas instituciones y a los trabajadores les dicen que no deberían ganar mucho, el monto que se le quito será para las acciones solidarias que fueron programadas en todo el año. De los eventos de capacitación tratan de ahorrar en materiales a lo máximo no piden nada, todo eso ira a formar parte de sus riquezas.

Se calcula que el cura y el administrador se embolsican mas de 3500 soles y a parte de eso los remanentes de las actividades de capacitación roban cínicamente mas de 10 mil soles y eso aparte los materiales de construcción consistente en cemento, ladrillos y bloquetas, arena, fierros de construcción y de todos estos actos de robo y desvío de fondos todavía tienen el cinismo de agradecer a Dios, piden milagros para robar mejor y que estos actos delictuosos sean mas disimulados y que la feligresía no se de cuenta.

Producto de la influencia de los profesores, por ese propósito universalizante, homogenizante y globalizante de su cultura, todos insultan a todos, se ha internalizado en la mente de los alumnos que lo blanco es superior, que los hijitos de la dueña del colegio por ejemplo, esos que tienen cabellos rubios son seres superiores, lo mejor en la tierra. Estos tienen todas las prerrogativas y son el blanco de las miradas de alumnos y padres de familia, debido que su alma es corroída por el racismo del que prefieren callar. Pero jamás conciben la idea que, son los más vagos, ociosos y más mentecatos. Son los primeros en transgredir las normas del colegio y nunca son cuestionados por ningún motivo, porque sus padres están en el poder, la dirección de colegio. Solucionan el problema yendo a arrodillarse cada tarde a la capilla del templo, obligados por sus padres.

Los alumnos confirmaron que la mayoría de los hijos de las hermanas que estudian ahí “son unos necios”, no saben nada, tampoco aprenden, les importa un comino su aprendizaje. Todos saben de quienes se trata; me refiero a los “Cabezas oxidadas”, o más conocidos como “Los chizitos”. Estos días que todavía rinden exámenes hay alumnos que irán a otro colegio, al preguntar la razón de su traslado. Expresaron lo siguiente: “No enseñan nada, demasiada religión no es bueno. Cuando vayamos a un centro superior no preguntarán de religión…”. Finalmente algunos nos dimos cuenta cuando ya estábamos en la universidad, otros jóvenes tienen aquella capacidad contestataria de cuestionar el statuo quo, que a nadie satisface, hay necesidad de conversar con el propósito de cambiar para progresar la sociedad en que vivimos.

LOS INEXORABLES CAMBIOS

Un día vinieron unos señores que aparentaban ser funcionarios de educación, ingresaron a la oficina de la dirección del colegio. Fuera del local escolar había un camión porta tropas del ejército, soldados que rodearon todo el perímetro del colegio. Según comentaron después, invitaron al director de aquel centro dar un paso al costado, caso contrario sería detenido y encerrado en los calabozos del gobierno que hace solo 15 días había asumido el poder del Estado. Las semanas siguientes hubo reuniones continuas para constatar cómo se encontraba la administración económica del colegio.

La profesora cuyo apodo era “La Sargento”, también fue detenida y acusada de insultos y castigos físicos a los alumnos como la de darles pinchazos de aguja en las palmas de las manos de los niños cuando no hacían las tareas. Le abrieron un proceso judicial y me parece que purga una condena en la cárcel, porque no solo era un caso, sino varios. Cuando pasaba por la puerta del colegio solía encontrarme todavía, ahora ya no la veo. Hay momentos que me dan ganas de indagar; pero prefiero permanecer en el anonimato porque sería solo rebelar mi identidad, más adelante también podría ser denunciado.

Sucesivamente fueron detenidos los más altos funcionarios, incluido el Arzobispo. Otros pedagogos asumieron la conducción administrativa del colegio. Repartieron los textos escolares que fueron editados por el Ministerio de Educación, utilizado solo en algunos colegios que eran muy diferentes que las copias del que hablamos inicialmente. Los profesores fueron cambiados, los sueldos fueron incrementados, los padres de familia – debidamente organizados – fueron convocados a declarar sobre las enseñanzas impartidas, el aprendizaje de sus hijos, fueron actos sucesivos de cambios radicales. La religión pasó a un lugar secundario, como en los países europeos y decretaron que las ciencias naturales y sociales son más importantes.

Los profesores se someterían a evaluación constante en beneficio de los mismos alumnos, muchos fueron invitados a renunciar. Pasaron 20 años y solo quedaron recuerdos que en el año 2000 los estudiantes como yo estuvimos bajo la dirección de los religiosos de olikasdida lumen daca, una realidad superada y del que ya no quieren hablar los padres de familia ni los ex alumnos.

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